La categoría y la excelencia de Matías Suárez no van de la mano con su condición física. Lamentablemente para él y para todo River. En el último tiempo, fueron más los encuentros que se perdió que los que pudo jugar y algunos fanáticos le soltaron la mano. Y por el simple hecho de que la exigencia del club necesita que todos los jugadores estén a disposición, su situación llena de preocupación.
La última lesión del cordobés había sido en los primeros días del mes de mayo, después del partido con Sarmiento. Aquel que terminó con victoria por 7-0 en Junín. Una distensión en el muslo que terminó agravándose más de lo imaginado y lo sacó de las canchas más de dos meses. El cuerpo técnico no quiso apurarlo, lo llevó de a poco y el delantero recién pudo volver el miércoles pasado contra Vélez.
Estuvo 29 minutos en juego y cambió completamente el partido, pero una nueva dolencia volvió a tocarle la puerta. El 7 había terminado con dolores post Fortín y este jueves se hizo estudios médicos: pequeño desgarro en el isquiotibial derecho. Y por lo menos otros 20 días afuera. Mirando hacia atrás, es la séptima lesión que el cordobés sufre entre 2021 y 2022.
Entre ellas tuvo un paso por el quirófano para realizarse una artroscopía. Una señal de que tantas complicaciones en la rodilla le terminan pasando factura en otros músculos. Quizás, por cuidar demasiado una zona, se termina dañando a otra y su físico se desgasta cada vez más. Obvio que nadie quiere que esto pase. Ni los hinchas, ni el cuerpo técnico, ni el propio futbolista.
Porque al final del día, el protagonista es el que más sufre. Y claramente quien más se lamenta por no poder estar en plenitud como Gallardo necesita. Ahora, Matías Suárez afrontará una nueva recuperación, esperando poder estar a disposición para las próximas jornadas, pero está claro que no hay fecha clara para su vuelta y es una gran preocupación.