Si hay jugadores que han sido trascendentales en este último tiempo, sin duda es Enzo Pérez. El experimentado volante venía construyendo un gran trayecto desde que arribó a River. No obstante, en este semestre las cosas cambiaron y para mejor. Porque además de sostener un nivel ponderante, fue participe de uno de los cotejos más importantes.
El mendocino se metió en el corazón de los hinchas desde el momento en donde el plantel del Millonario sufrió un brote masivo de Covid-19. Y el jugador de 35 años decidió calzarse el buzo de arquero para cuidar los tres palos en un instante donde no había ningún guardameta a disposición. Y para el colmo, lo hizo nada más y nada menos, que en plena competencia de Copa Libertadores.
Pérez generó en el hincha de la Banda un amor eterno. Y cada día lo refuerza más, por sus rendimientos y ahora por sus goles. Incluso el propio Gallardo terminó rendido a sus pies como el lunes en Junín, donde el ex Estudiantes convirtió: “Esta experiencia y la de jugar sin arquero van a ser las que me voy a guardar como entrenador porque son situaciones muy adversas…”.
Y más allá de su valentía para posicionarse donde lo demanden, porque el mendocino puede estar en el arco o llegar de palomita como un centrodelantero . Y es que, Enzo no solo es un volante central. Sino que atravesó distintos puestos dentro del campo de jugo y los hinchas comienzan a preguntarse sobre su multifunción: ¿En dónde más le falta jugar?
En sus seis clubes por los que pasó y casi que no le quedó puesto por ocupar. Casi, claro: porque aún no irrumpió de lateral izquierdo, segundo marcador central y de 9. El resto ya los intentó todos… Por caso, en Godoy Cruz arrancó de volante por derecha y luego se movió como extremo y carrilero. En el Pincha, jugó de 8, de doble cinco y de interior, hasta de mediapunta. Un todoterreno.