En las últimas horas, AFA emitió un comunicado expresando que la Copa Argentina sufrirá un aumento en sus premios, algo que a River le interesa, ya que el Millonario deberá generar buenos ingresos en este 2026 para mantener su estatus económico. Por otra parte, en el fútbol argentino, cada anuncio económico suele generar expectativas y debates en partes iguales.
En un contexto donde los clubes buscan sostenerse, crecer y competir en un escenario cada vez más exigente, cualquier mejora en los premios aparece como una bocanada de aire. Sin embargo, cuando se pone la lupa a nivel internacional, las comparaciones resultan inevitables y las diferencias quedan rápidamente expuestas.
El ente organizador de nuestro fútbol notificó un aumento del 70% en el premio económico para el campeón de la Copa Argentina 2026. Una suba significativa si se la analiza en términos porcentuales y en relación con ediciones anteriores del certamen. Con esta actualización, el equipo que levante el trofeo se llevará 237.000 dólares. A pesar de eso, sigue siendo una cifra mÃnima si la comparamos con otras competencias de Sudamérica.
El espejo brasileño y una diferencia que sigue siendo abismal
El entusiasmo inicial choca rápidamente con una realidad que trasciende fronteras. Aun con este incremento, la brecha con los torneos más fuertes del continente sigue siendo enorme, y el contraste con Brasil vuelve a marcar el termómetro de la discusión.
La comparación con la Copa do Brasil resulta tan natural como incómoda. En la edición 2025, Corinthians, campeón del certamen, recibió un premio que osciló entre los 17 y 18 millones de dólares, una cifra que deja en evidencia la distancia económica entre ambos torneos. Mientras en Argentina se celebra un aumento del 70%, en Brasil los números se miden en millones y permiten a los clubes planificar con otro margen de acción.
La discusión, entonces, queda planteada. El premio crece, el reconocimiento mejora, pero la distancia internacional persiste y cada vez es mayor. La Copa Argentina avanza, aunque el desafÃo sigue siendo transformar ese crecimiento en un salto más profundo. Porque en el fútbol actual, competir no solo implica jugar mejor, sino también achicar la brecha que se marca en los números.


