Detrás de cada equipo campeón suele haber una historia que no siempre se conoce o se le da el reconocimiento que realmente amerita, pero que resulta fundamental para entender el éxito. En el River que se consagró campeón de la Messi Cup, uno de esos protagonistas es Martín Pellegrino, el director técnico que condujo al equipo juvenil.
La historia del DT campeón en River comenzó en 2018, cuando llegó al club de la mano de Gabriel Rodríguez y con el aval de Marcelo Gallardo, ya que el Muñeco ya lo conocía por su labor en el fútbol juvenil y confiaba en su metodología, su capacidad para formar jugadores y su mirada integral del juego. Desde entonces, Pellegrino inició un camino de crecimiento interno, lejos de los flashes, pero con resultados concretos.
Su formación como entrenador se dio en el fútbol de ascenso, un ámbito donde el día a día te jugas la cabeza, en esa etapa, tuvo pasos por clubes como UAI Urquiza, San Martín de Burzaco y Deportivo Paraguayo. Pellegrino fue forjando una identidad de trabajo basada en el esfuerzo, la organización y la competencia permanente. Esa experiencia resultó clave para su posterior desarrollo dentro de una estructura exigente como la del Más Grande.
Dentro de las divisiones inferiores del club, Pellegrino dejó una marca clara, Campeonatos obtenidos, clásicos ganados y una identidad de juego reconocible forman parte de un recorrido que consolidó su nombre puertas adentro.
Hoy, al frente de la categoría 2006, el entrenador vuelve a levantar un título, esta vez en la Messi Cup, un torneo internacional que expone a los juveniles a contextos de máxima exigencia. La consagración no es un hecho aislado, sino la confirmación de un proyecto que sigue dando frutos y que se sostiene en el tiempo más allá de los nombres propios.
La conquista de la Messi Cup vuelve a poner en valor el trabajo silencioso que se realiza en las bases del club. Y en ese escenario, Pellegrino aparece como uno de los grandes responsables.
