La derrota de River por 3-1 ante Palmeiras en el Allianz Arena de San Pablo no solo significó la eliminación de la Copa Libertadores 2025. Fue, además, una radiografÃa de los problemas que el equipo arrastra desde hace meses y que, en instancias decisivas, se vuelven imposibles de disimular.
El cabezazo de Maximiliano Salas a los 7 minutos –un destello que igualó la serie tras el 1-2 de la ida– no alcanzó para contrarrestar el empate de VÃtor Roque (23′) ni la precisión del Verdao desde los 12 pasos, donde Weverton atajó el disparo clave de Salas.
La eliminación, la primera en cuartos desde 2014, deja un sabor amargo en Núñez y pone bajo la lupa las decisiones tácticas de Marcelo Gallardo, la fragilidad defensiva y un proyecto que, pese a su jerarquÃa, no logra dar el salto definitivo en el plano continental.
“Tras un muy buen primer tiempo, River se equivocó y pagó por dormido en el empate (otro gol en el área chica y en soledad); y por dormido en el 2/1 en un pelotazo de 40 metros. Era hacer un partido perfecto para pasar. Fue un buen partido pero no perfecto. Pagó lo dormido, también, que jugó el arranque del Monumental. Demasiados errores de concentración ante un rival como Palmeiras”, sentenció el periodista Hernán Castillo.
Tras un muy buen primer tiempo, River se equivocó y pagó por dormido en el empate (otro gol en el área chica y en soledad); y por dormido en el 2/1 en un pelotazo de 40 metros. Era hacer un partido perfecto para pasar. Fue un buen partido pero no perfecto. Pagó lo dormido,…
— Hernán Castillo (@HernanSCastillo) September 25, 2025
El segundo tiempo fue una muestra de impotencia: River no tuvo reacción, no encontró juego ni liderazgo, y volvió a mostrar una preocupante desconexión entre sus lÃneas. Enzo Pérez, sÃmbolo de orden y temple, no logró sostener el equilibrio, y los cambios del DT no modificaron el rumbo
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