A pesar de que en más de una oportunidad estuvo cerca de salir de Vélez, Valentín Gómez no vio cambios en su panorama. No solo apareció en los radares de River, Boca y Cruzeiro, sino que también estuvo a punto de convertirse en refuerzo de Udinese. No obstante, volvió a sufrir por su mala fortuna sobre el cierre del pasado mercado, lo que desencadenó en una novela que parecía dejarlo bajo la lupa.
Una vez concretó su regreso al país, se mostró molesto por la postura que adoptó Vélez. “Es verdad lo que se dijo que estuve entrenando en una plaza. El primer responsable es Foster Gillett, pero también es culpa de la dirigencia de Vélez. No les costaba nada un permiso para que me entrene a contraturno. Me tuvieron 10 días llorando en una habitación sin poder entrenar. Desde ese lado estoy un poco con bronca”, expresó el marcador central.
Justamente, esta situación se daba en el medio del cambio de mando en Vélez, donde Guillermo Barros Schelotto se preparaba para ocupar el lugar vacío que dejó Sebastián Domínguez. Por lo tanto, todas las miradas apuntaron a una de las primeras posturas del DT, quien no dio vueltas y consideró indispensable la presencia del marcador central.
Tal fue así que, en el último compromiso, Valentín Gómez volvió a afianzarse como el capitán del conjunto de Liniers. Más allá de los sondeos de River y Boca, no se moverá de Vélez hasta el próximo mercado de pases, debido a que el entrenador lo piensa como titular indiscutido y entiende que es una de los pilares para revertir el pálido andar de su equipo.
Vélez y su postura con Valentín Gómez
Tras dar por caída la operación con Foster Gillett, Fabián Berlanga dejó una puerta abierta para la venta de Valentín Gómez al fútbol argentino. “Si aparece una oferta del mercado local la analizamos. No habría problemas siempre y cuando el jugador quiera y se adapte a las pretensiones de Vélez”, expresó el máximo dirigente del Fortín hace unas semanas. ¿El Millo vuelve a la carga?
