Hernán Crespo, uno de los grandes íconos del fútbol argentino contemporáneo, siempre ha tenido un vínculo especial con River. Su carrera en el club de Núñez fue brillante, con títulos como el Apertura 1993, el Apertura 1994 y la Copa Libertadores 1996.
Sin embargo, pese a tener un comienzo brillante en River, su vuelta al club se dilató por más de 15 años, terminando por no darse finalmente. Durante el año 2011, River se encontraba peleando por no descender, situación que hoy parecería imposible, lo que despertó en Crespo las ganas de volver.
“Tengo un problema con Daniel, el problema de la vuelta, que a mí me generó muchísimo dolor. Él, cuando yo tengo pensado volver, River todavía estaba luchando. Fue en 2011, cinco fechas antes del descenso. Yo hablo con Parma, que me ofrece renovar, pero yo hasta viajé a despedirme de Parma porque me quería retirar en River”, contó Crespo, en diálogo con Juan Pablo Varsky.
La vuelta que no se dio
“Primero no quería hablar con el presidente de Parma, decía cualquier cosa y hasta hablaba de la seguridad en Argentina, pero porque dentro de mí quise cuidar a Daniel por el amor y el afecto por él, pero pasó el tiempo y decidí contar mi verdad. Todo el silencio fue muy doloroso y lo que fue pasando, sobre todo estando lejos, por el amor que le tengo a River”, cerró Crespo.
En total, Hernán Crespo disputó 85 partidos oficiales con la camiseta de River, marcando 36 goles en la Primera División. En la Copa Libertadores, jugó 16 partidos y anotó 12 goles. Su destacada actuación en la Copa Libertadores lo llevó a ser vendido al Parma de Italia en 1996, justo después de ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 con Argentina, donde fue el máximo goleador.