Hoy en día, Gonzalo Martínez es un jugador muy querido por la gente de River y esto se debe, en gran parte, a sus partidos ante Boca. Es cierto que ha tenido grandes partidos y ha sido importante para clasificaciones o para campeonar, pero ganarle al xeneize o convertirle golazos tiene un sabor especial. Aún más, teniendo en cuenta lo que pasó en Madrid.
Más allá de lo que hoy significa el Pity Martínez para el hincha, tuvo momentos complicados en sus inicios donde no era querido por la gente y no lograba tener una regularidad en cancha. Pasaba de algún partido muy bueno, a varios encuentros malos que no lo dejaban ser parte del 11 titular que tenía en mente el muñeco.
La confianza de Marcelo Gallardo fue esencial para el ex Huracán que tenía grandes condiciones como la gambeta a gran velocidad y la pegada desde media distancia. De a poco fue generando buenos rendimientos que lo terminaron metiendo en el once ideal del muñeco y que cambió silbidos o abucheos por aplausos. De a poco, el Pity Martínez se fue amigando con la gente.
Si bien ya había levantado títulos en River, y, su debut fue por la Recopa Sudamericana 2015 ante San Lorenzo, el jugador comenzaría a ser importante para la obtención de los títulos. A partir de 2016 en adelante, el Pity se ganaría el puesto de titular indiscutido y parte del once ideal de casi todas las competencias en las que el millonario saldría campeón.
La consagración del Pity Martínez llegaría en 2018 cuando convirtió el gol, de penal, ante Gremio cuando quedaban segundos para que finalice el encuentro. Luego, en la final ante Boca, habilitó a Lucas Pratto para hacer el gol del empate en la Bombonera y sentenció la historia en Madrid con una corrida que quedará en la inmortalidad por el contexto.
