Antes de que inicie el segundo tiempo en el estadio Monumental había gran incertidumbre. Porque la expulsión de Enzo Díaz seguido del empate de Sporting Cristal parecía complicar la noche de Copa Libertadores para River. Pero apenas 15 minutos le bastaron al equipo para sentenciar la historia. Primero con un golazo de Esequiel Barco y después con una joyita de Pablo Solari. Empezó con una asistencia magistral de Enzo Pérez y terminó con un alocado festejo junto a Martín Demichelis.
Con la ventaja a su favor, River trataba de hacer uso de la posesión, jugar con la desesperación del Sporting. Por lo que intentaba mover la pelota lo más posible hasta dar el golpe. Martín Demichelis ya había hecho un movimiento táctico vital después del 3-2 logrado por Barco. Lo metió a Andrés Herrera por el amonestado Nacho Fernández para armar línea de cuatro defensores.
De esta manera, el DT soltó a Pablo Solari, que en el entretiempo reemplazó a Salomón Rondón y dio frutos. Participó del tercer gol con una diagonal de manual para romper el achique del rival. Después identificó el espacio para atacarlo, recibir la asistencia magistral del capitán Enzo y definir emulando a Angol Di María en el estadio Maracaná.
Sí, como aquella final ante Brasil por la Copa América 2021 donde la consagración fue para la Argentina. Globito y a cobrar. El tanto de Solari desató un alocado festejo de todo el banco de suplentes. Incluido el del propio Demichelis, que salió totalmente eufórico corriendo y pegó dos o tres saltos constantes con el puño bien apretado.
Tal es así que hasta recibió una ‘patadita’ en la cola de Enzo, el gestor de la jugada que terminó en el cuarto tanto de River. Se subió a ‘caballito’ y se fundieron en un abrazo con sonrisas de oreja a oreja por completo. Gran momento para los del equipo de Demichelis. No solo desde lo futbolístico, sino también por el enorme vinculo que hay en el plantel.