El Superclásico ya terminó, pero la bronca y la impotencia siguen intactas en todo River. El Millonario no pudo desplegar su mejor juego ante Boca y quedó eliminado de la Copa Argentina por penales. Más allá de la derrota, el otro causante de la indignación de los hinchas tuvo que ver con una tremenda patada de Marcos Rojo sobre Julián Álvarez, la cual representó la gran polémica de la noche.
La derrota de River frente a Boca por los octavos de final de la Copa Argentina dejó mucha tela para cortar, desde lo futbolístico y desde las polémicas. Como suele ocurrir en cada Superclásico, anoche también hubo jugadas que despertaron grandes discusiones en todo el ambiente. Y sin dudas, una de ellas tuvo como protagonista a Marcos Rojo.
Pasados los 7 minutos del segundo tiempo, el defensor de Boca le propinó un terrible planchazo en la espalda a Julián Álvarez. Pero increíblemente, el árbitro del partido, Patricio Lousteau, solo lo castigó con tarjeta amarilla, lo que provocó el fastidio de todos los jugadores y de Marcelo Gallardo. Es que todo River entendía que era una patada merecedora de expulsión directa.
Para colmo, lo que generó aún mayor bronca fueron las palabras que utilizó el juez para explicar el por qué de su decisión. “Si iba a la cabeza, sí“, le dijo Lousteau a Enzo Pérez, quien se le fue al humo. Por supuesto, esta acción enseguida repercutió en redes sociales, donde los hinchas de River manifestaron su enojo y volvieron a poner la lupa en el árbitro, que ya arrastra varias polémicas con la banda.
Además, pocos minutos después, el propio Rojo le metió un manotazo en la cara a Nicolás De La Cruz. Pero insólitamente, el réferi solamente lo junto con el uruguayo y lo advirtió. En definitiva, la polémica ya está instalada y hay muchos que creen que el ex Estudiantes jugó gratis gran parte del partido. Lo concreto es que Rojo no fue expulsado y terminó convirtiendo su penal en la serie.