La abuela que fue viral contó su historia y enloqueció a todos los hinchas de River: “Lo más glorioso”

El partido ante Atlético Tucumán por Copa de la Liga no dejó buenas sensaciones en el mundo River, aunque sí dejó una perlita para los hinchas. Resulta que a pesar del mal resultado, las redes sociales enloquecieron con el video de una abuela alentando frenéticamente desde la tribuna del Estadio Monumental. Y luego de volverse viral, dio una entrevista en la cual habló sobre su fanatismo: “Lo más glorioso”.

Está claro que la pasión por el Millonario no tiene límites, e incluye tanto a los más jóvenes como a los más grandes. En el caso de estos últimos, siempre es interesante conocer sus historias, ya que llevan consigo un sinfín de anécdotas para contar. Y así es el caso de Marta, la señora de 75 años que lleva toda una vida al lado del equipo de Núñez.

La abuela de los hinchas, como fue nombrada por los riverplatenses, dialogó con ‘La página Millonaria’ y contó los detalles sobre su fanatismo. “Mi familia y mis diez hermanos eran todos hinchas de Boca y me llevaban a la Bombonera. Yo les decía que no quería esa camiseta, que me gustaba la de la banda roja. Tenía cuatro años cuando me hice de River, y fui socia por primera vez a los 14 años”, comentó en primer lugar.

Ya son más de 60 los años que Marta lleva asociada, y una decena más si se habla solamente de su fanatismo. “Me pone muy contenta cuando la gente joven me reconoce y se quiere sacar una foto conmigo. Me dicen que quieren ser mis nietas o nietos y que soy famosa porque salgo siempre alentando en la pantalla gigante de la cancha. De ahí me conocen desde hace años, es una locura”, continuó.

“Recorrí todas las provincias para alentar a River con la peña. Cuando había visitantes fuimos para todos lados. Siempre le digo a la gente que a la cancha se viene a alentar, y yo a pesar de todos los problemas de salud que tengo no paro de cantar. Yo voy siempre por la camiseta, porque es lo más glorioso que hay”, cerró. Sin dudas, la pasión por el Millonario no conoce de límites, y mucho menos de edad. ¡Grande Marta!