¡River, en la cima! Se cumplen 25 años de la obtención de la Copa Libertadores 1996

Más allá del presente extraordinario que está atravesando River, a lo largo de la historia los hinchas han vivido otros momentos inolvidables. Es que varios equipos de la banda marcaron un antes y un después en el fútbol argentino. Uno de ellos es, sin dudas, el del año 1996. Justamente un día como hoy, pero hace 25 años, aquel plantel consiguió la segunda Copa Libertadores del club.

A mediados de 1995, Carlos Babington dejaba la dirección técnica de River por malos resultados. Y quien asumió rápidamente el cargo fue Ramón Díaz, un histórico del club, pero que no tenía experiencia como entrenador. El riojano se había retirado de la actividad en 1994 jugando en el Yokohama Marinos de Japón, y decidió afrontar un nuevo desafío en el club de sus amores.

El plantel de River por aquellos años era realmente excepcional. Germán Burgos, Juan Pablo Sorín, Matías Almeyda, Marcelo Gallardo, Enzo Francescoli, Ariel Ortega eran solo algunas de las figuras que vestían la banda. Rápidamente, Ramón empezó a formar el equipo y los resultados no tardaron en llegar. A pesar de su inexperiencia como DT, el riojano, fie a su estilo, apostó fuerte y se puso como meta ganar la Libertadores 1996.

River compartió el grupo 5 con San Lorenzo, Minervén y Caracas, ambos de Venezuela. La banda desfiló y terminó líder con 14 puntos. En octavos tuvo un duro cruce ante Sporting Cristal, pero lo ganó con un global de 6-4. En cuartos se volvió a medir con San Lorenzo y, tras dos partidos vibrantes, se quedó con la serie por 3-2. Ya en semis, el rival fue Universidad de Chile. El Millo se metió en la final ajustadamente con 3-2 en el global.

River volvía a llegar a la final de la Libertadores tras diez años. En aquella ocasión había ganado la copa y el rival era el mismo: América de Cali. El equipo no jugó un buen partido en la ida y cayó 1-0 en Colombia. Pero el 26 de junio, en un Monumental repleto, la banda de Ramón venció gracias a un doblete de Hernán Crespo y alcanzó la cima del continente. Se iniciaba así uno de los ciclos más gloriosos de la historia.