El mercado de pases ya está activo en Argentina, y recientemente se supo que tanto River como Boca están interesados en contar con Maher Carrizo, juvenil con gran proyección y que viene rompiéndola en Vélez Sarsfield. Sin embargo, más allá del talento, el contexto termina siendo determinante a la hora de evaluar dónde un jugador puede rendir mejor.
En ese sentido, el presente del eterno rival parece ofrecer un escenario más favorable. Con un plantel que atraviesa una reconfiguración ordenada y una búsqueda clara de refuerzos puntuales, el Xeneize apunta a sumar piezas que encajen en roles definidos. Y un detalle no menor, es que lo hace pensando en potenciar el equipo actual, de cara a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026.
Del otro lado, River atraviesa un momento distinto. La acumulación de nombres, la presión constante por resultados y la falta de una identidad futbolística consolidada generan un contexto más pesado para los jugadores jóvenes. En Núñez, un equipo de Marcelo Gallardo que deberá conformarse con la Sudamericana el próximo año, debe reconstruirse. Este contexto podría conspirar contra el crecimiento del jugador del Fortín.
La diferencia, entonces, no pasa por las condiciones de Carrizo, sino por el entorno que lo rodearía. Boca aparece hoy como un equipo mejor parado de cara a un proyecto, mientras que en River siguen exigiendo respuestas inmediatas en un escenario cargado de urgencias. Además, la Copa volvería a marcar diferencias de prestigio, lo que sería clave para una decisión final.
Vélez y Maher Carrizo tienen la última palabra
Más allá del interés que puedan mostrar ambos clubes, la decisión final será clave para el futuro de Maher Carrizo. Y en el contexto actual, Boca ofrece un camino más claro para que un jugador joven se potencie y busque proyección internacional, sume desde lo colectivo y se consolide sin quedar atrapado en las dudas estructurales que todavía atraviesa un River que no puede ofrecer la misma vidriera en 2026.
