Germán Balcarce, analizó lo que fue uno de los peores partidos en lo que va del 2025 de River, donde cayó 2-0 frente a Boca en el superclásico disputado el día domingo en la Bombonera, sin alma, sin sangre, sin rebeldía y con jugadores que no saben donde están parad2os salió el Millonario a afrontar este partido. Lo que parecía un aire renovado por la renovación de Gallardo terminó siendo más de lo mismo que se viene viendo a lo largo de la presente temporada.
A principios de este 2025, el Millonario afrontó el mercado de pases y salió a reforzarse pensando en formar un plantel que pelee todos los frentes, equiparándose a los elencos brasileños que compiten por la Copa Libertadores, y teniendo un buen equipo que pueda rotar y afrontar las competencias locales sin ningún tipo de sobresalto, aunque, para sorpresa de muchos y pocos, esto no sucedió y a River le costó horrores todo lo que jugó.
Afuera con Palmeiras en cuartos de final de Copa Libertadores, afuera con Platense del Torneo Apertura y con Independiente Rivadavia del Clausura, perdió el superclásico de visitante, y quedó con un pie afuera de la próxima edición del torneo de clubes más importante del continente, esa viene siendo la temporada del Más grande, resumidamente, caída tras caída, algo que el hincha ya no puede tolerar.
La visión de Germán Balcarce
“Papelón. Todo. Desde el planteo inexplicablemente defensivo de Gallardo (5-1-3-1) hasta los cambios realizados. Y los jugadores, aunque no se puede meter a todos en la misma bolsa, no se hacen cargo. No representan a los hinchas de River. La bronca es absoluta: 0-2 ante Boca”. expresó el periodista en sus redes sociales.
Papelón. Todo. Desde el planteo inexplicablemente defensivo de Gallardo (5-1-3-1) hasta los cambios realizados. Y los jugadores, aunque no se puede meter a todos en la misma bolsa, no se hacen cargo. No representan a los hinchas de River. La bronca es absoluta: 0-2 ante Boca. pic.twitter.com/68VPGkGTNu
— Germán Balcarce (@GermanBalcarce) November 9, 2025
Un equipo que parece no tener rumbo, que camina a ciegas y espera no caerse por el barranco por arte de magia, pero que se vive dando palo tras palo cada vez que juega. La situación es insostenible y lo sabe el cuerpo técnico y los jugadores.


