La derrota 3-1 ante Palmeiras en San Pablo no fue solo una eliminación: fue una señal de alarma. River Plate, que habÃa comenzado el partido con Ãmpetu y un gol de Maximiliano Salas que ilusionó a todo Núñez, terminó desdibujado, mostrando al plantel de Marcelo Gallardo superado y sin respuestas ante un rival que mostró jerarquÃa y convicción.
El gol de Salas, celebrado con un homenaje al histórico Marcelo Salas, parecÃa marcar el inicio de una noche épica. Pero fue apenas un espejismo. Palmeiras reaccionó con contundencia, expuso las grietas defensivas de River y se adueñó del partido con una autoridad que contrastó con la confusión del equipo local.
“Con semejante presupuesto, la dirigencia, Gallardo y el plantel no se pueden permitir determinados resultados como no superar el grupo en el Mundial de Clubes o quedar eliminados por tres goles en un global. Ahà debe haber autocrÃtica de todas las partes por diferentes razones”, señaló el periodista Germán Balcarce.
Con semejante presupuesto, la dirigencia, Gallardo y el plantel no se pueden permitir determinados resultados como no superar el grupo en el Mundial de Clubes o quedar eliminados por tres goles en un global. Ahà debe haber autocrÃtica de todas las partes por diferentes razones.
— Germán Balcarce (@GermanBalcarce) September 25, 2025
La eliminación deja más que un resultado adverso. Deja la sensación de que el proyecto futbolÃstico necesita una revisión profunda. Jugadores que ya no rinden como antes, decisiones tácticas que no convencen, y una falta de identidad que preocupa.
River no solo perdió un partido. Perdió una oportunidad de volver a ser protagonista en el continente. Y lo hizo sin mostrar rebeldÃa, sin carácter, sin esa mÃstica que lo convirtió en referente en la última década.
El próximo desafÃo es inminente: Racing espera el 2 de octubre por Copa Argentina, un torneo que ahora es la única vÃa de River a la Libertadores 2026. Pero la derrota en Brasil deja un mensaje claro: sin ajustes tácticos, recambio generacional y mayor solidez defensiva, el sueño continental seguirá siendo esquivo.
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