El 14 de diciembre de 1986, River se consagró campeón de la Copa Intercontinental por única vez en su historia al vencer al Steaua București de Rumania por 1-0, en el Estadio Nacional de Tokio. Rememorando aquella hazaña histórica, única hasta el momento en la historia del club, Norberto Osvaldo “Beto” Alonso realizó un imponente posteo.
A través de su cuenta oficial de Instagram, Alonso subió una foto del equipo con la leyenda “Hace 38 años lográbamos el campeonato intercontinental en Tokio y poníamos a nuestra insignia en la cima del mundo. Un equipo que fue más que una Selección, sin duda. Nuestro legado para todos los hinchas de River”.
Uno de los momentos más destacados fue su asistencia en el gol de Antonio Alzamendi, que decidió el partido. Alonso hizo un pase preciso, mientras los rumanos estaban distraídos, que permitió a Alzamendi cabecear la pelota y anotar el único gol del encuentro.
Los compañeros de Alonso
Nery Pumpido; Oscar Ruggeri, Jorge Gordillo, Nelson Gutiérrez, Alejandro Montenegro; Héctor Enrique, Américo Gallego, Roque Alfaro, Norberto Alonso; Antonio Alzamendi y Juan Gilberto Funes; fueron los once titulares que alineó el entrenador Héctor Rodolfo Veira.
El hito marco un antecedente imposible hasta el momento, ya que el conjunto de Núñez no solamente ganó la Copa Intercontinental, sino que también se coronó en la Copa Libertadores y el Torneo local respectivamente.
Steaua de Bucarest
l Steaua București, campeón de la Copa de Campeones de Europa 1985-86, llegó a Tokio con un equipo fuerte y experimentado. En la primera fase, eliminaron al Vejle danés con un marcador global de 5-2. En octavos de final, superaron al Budapest Honvéd con un global de 4-2, y en cuartos de final, vencieron al Kuusysi finlandés con un marcador global de 1-0. En las semifinales, derrotaron al Anderlecht belga con un global de 3-1.
Por la final de la Copa de Campeones de Europa, el conjunto rumano enfrentó al Barcelona. La final se disputó el 7 de mayo de 1986 en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla, España. Sin goles durante los 90 minutos, el arquero Helmut Duckadam atajó cuatro penales para consagrar a los suyos.