La historia de River ha estado marcada por la gran cantidad de maravillosos jugadores que han pasado por el club. Algunos de los que más han deslumbrado y más le han dado a la camiseta son considerados ídolos. Pero si hablamos de estos últimos, en los tiempos recientes ha habido uno que, más allá de Marcelo Gallardo, es considerado como tal: Ariel Ortega.
No queda absolutamente ninguna duda de que el Burrito es uno de los grandes símbolos que tiene el Millonario. Con su magia, sus gambetas y su picardía adentro del campo de juego, supo ganarse el amor de todos los riverplatenses. Es por eso que en la actualidad, el jujeño entra dentro del selecto grupo de futbolistas que son considerados como íconos.
Juan Amador Sánchez, quien supo ser compañero de Ortega, dialogó con ‘La Nación’ y entre varios temas, aprovechó para hablar maravillas de Ariel. Y en primer lugar, recordó cómo fueron los primeros entrenamientos del enganche con el primer equipo. “No lo podíamos parar. A la derecha lo agarraba Basualdo, a la izquierda el Loco Enrique, y por el medio le dábamos entre Higuaín y yo”, recordó.
“Un día me agarró el Pipa y me dijo: ‘No le peguemos más a este pibe que nos va a hacer ganar mucha plata’, y ahí empezó la historia de cuidarlo y mimarlo. Acá el tema es meterle fuerte para saber si el pibe que sube tiene carácter o no, si se la aguanta o no, y eso está bueno. Ariel no decía nada cuando le pegábamos, se reía, era guapo”, agregó.
El prestigio del 10
Pero, además, aprovechó la charla para manifestar su admiración hacia el jujeño. “En mi opinión, Ortega está en un podio donde hay muy poquitos jugadores. Un podio no sólo de River, sino de todo el fútbol argentino”, afirmó. Lo cierto es que el Burrito es uno de los personajes más queridos en el ámbito nacional, y lo seguirá siendo por siempre.