La jugada organizada del primer gol de River, uno de los más importantes del equipo en este campeonato, reflejó enormemente las condiciones futbolísticas de Santiago Simón. El pibe de 19 años que juega con la calidad de los experimentados y sumó su tercera asistencia consecutiva. Una data que enloquece a todos los fanáticos del Millonario.
La primera vez que se destacó con una asistencia fue nada más y nada menos que en el Superclásico en el Monumental para Julián Álvarez. Luego, en el primero del hat-trick de la Araña ante San Lorenzo y este jueves a Robert Rojas en el 1-0 de Talleres. Sus números son descollantes para un futbolista a tan corta edad y pelea por la titularidad en la máxima categoría.
Simón es de esos jugadores que parecen estar en movilidad constante en el aire. Por momentos transmite la idea de estar relegado en lo colectivo, pero siempre está en el lugar justo. Y en el momento adecuado para resolver con una simpleza de primer nivel acciones del juego muy complicadas. Y contra Talleres volvió a mostrarse.
Frente a la T en Córdoba, Gallardo sólo tuvo que darle una orden para que el volante derecho, que también la rompió como lateral por esa banda contra Arsenal, comprendiera todo. Y luego lo efectuara con su estilo: se hizo el descuidado para no atraer marcas. Allí picó al espacio vacío para recibir a la carrera el pase de un tiro libre en el que todos aguardaban el centro.
Su gran virtud en el gol de Rojas
Y en el Mario Alberto Kempes el 31 se desenvolvió en toda su plenitud. Pese a que su centro tuvo un pequeño desvío en Ángelo Martino la oportunidad llegó. Justamente, la velocidad que mantenía el pase con la cara interna del pie derecho accedió que ese roce no desviara la trayectoria. Así se desplegó para ser el asistidor del paraguayo Rojas.