La gente hizo todo pero los jugadores nuevamente no estuvieron a la altura de lo que estaba jugando en el campo de juego. La falta de ideas para generar situaciones de peligro generó que River empate sin goles frente a Atlético Mineiro y haya quedo eliminado en la semifinal después de haber perdido 3-0 en la ida. Un golpe duro que la Copa Libertadores propina y que obliga a rearmar todo.
Tiró centro pero nadie cabeceó
En un momento, las estadísticas señalan que el Millonario tiró 29 centros y habría rematado 16 veces, pero tan solo dos había sido de manera directa hacia el arco que estuvo custodiado por Everson. Esto expone la falta de ideas de un equipo que apunto a lo anímico para darlo vuelta, sin embargo quedó en evidencia que con eso no alcanza.
Otra falencia en la noche fue que Marcelo Gallardo nuevamente volvió a leer mal el partido. Así como se confundió en la ida al colocar a Enzo Díaz y Nicolás Fonseca. Mientras que en la vuelta no colocó jugadores que supieran tener el balón en sus pies para generar jugadas. Algo que generó que tiren una cantidad asquerosa de centros sin sentido.
Punto aparte para Miguel Borja, que nunca supo qué partido estuvo jugándose en el campo de juego del Estadio Monumental. Al punto que Matías Kranevitter le tuvo que pedir que se levante, deje de hacer tiempo y ponga un poco más de compromiso porque se estaban quedaban afuera de la Copa Libertadores. A partir de allí, se borró.
¿Cómo sigue la agenda?
Lo único que le queda a River en su agenda deportiva es cumplir con los partidos que tiene dentro de la Liga Profesional. Un certamen que se encuentra lejos de peleárselo a Vélez, debido a que hay una diferencia de 11 unidades y quedan 21 en juego. Esto implica hacer un rendimiento más que excelente que implique anotar goles. Algo que a este equipo no le sale.
No solo hay que cumplir con el torneo, sino que es necesario sumar puntos porque el Millonario se encuentra fuera de la Copa Libertadores de la próxima temporada. En la tabla anual, el equipo está en puestos de Copa Sudamericana. Una competencia menor, y que no paga los mismos premios. Por ende, la recuperación debe ser más que rápida.