Llegar a clubes tan importantes como River no es para nada fácil, mucho menos mantenerse sabiendo la jerarquía de los jugadores que llegan en cada uno de los mercados de pases, por lo que muchos terminan marchándose habiendo jugado muy poco a pesar de que en su momento despertaron gran ilusión con su arribo.
En la década del 90 uno de los que llegó al equipo Millonario fue Norberto Raúl Acosta, quien tenía buenos pergaminos en inferiores para ser parte de la primera. Sin embargo la realidad es que prácticamente no tuvo chances de jugar y esto se debe a que en la posición de lateral izquierdo había dos monstruos de la época: Diego Placente y Juan Pablo Sorín.
Tanto Placente como Sorín ya comenzaban a ser parte de la Selección Argentina y estaba claro que tenían una calidad por encima del a media. Es por este motivo que Acosta casi no pudo jugar, algo que lamentó. “Llegar para mí fue un sueño hecho realidad porque soy hincha, estaba feliz”, comentó en primer lugar charlando con Bolavip.
Luego agregó: “No pude tener esa continuidad que hubiese querido tener para poder demostrar, para bien o para mal. Tantas figuras, tantos futbolistas de selección, hicieron que tenga que esperar. Antes los jugadores no se iban tan rápido como ahora”, comentó el defensor, que finalmente se terminó marchando de River por la puerta de atrás.
Buscó minutos yéndose a préstamo a Instituto de Córdoba donde sufrió una lesión que le generó muchos problemas posteriores. “Yo ya sentía mis limitaciones”, expresó Acosta que dejó River de manera definitiva en el 2001 y a partir de ahí comenzó un periplo por varios clubes hasta que finalmente se retiró en el 2011 con la camiseta de Juventud Unida de Gualeguaychú.
