En la antesala de la definición de la serie contra Talleres, tuvo lugar una novela que se llevó todos los reflectores del fútbol argentino. Tenía como protagonista a James Rodríguez, quien según distintas voces, se encontraba en el radar de la dirigencia de River. Aunque la posibilidad fue perdiendo fuerzas con el correr de las horas, y terminó de manera abrupta post clasificación millonaria.
Horas antes del partido de vuelta contra Talleres por los octavos de final de la Copa Libertadores, aparecieron distintas versiones sobre la posible incorporación de James Rodríguez. Las más fuertes llegaban desde Colombia: aseguraban que existieron charlas concretas entre los dirigentes del cuadro de Núñez y el talentoso mediocampista.
Mientras que, en más de una oportunidad, desde Núñez descartaron la posibilidad. La bola de nieve que se hizo fue tan grande que incluso llegó a los oídos de Marcelo Gallardo, quien dejó en claro que no mantuvo conversaciones con el ex Real Madrid. Con estas palabras, el entrenador les quitó fuerza a las voces que palpitaban una bomba sobre el cierre del mercado.
Todo terminó en la mañana del jueves, cuando Maximiliano Grillo complementó las palabras del entrenador. “James Rodríguez no jugará en River“, comenzó, para luego detallar por qué el nombre del volante generó tanto revuelo en Núñez: “No tengo la persona directa que llamó a James, pero sí River lo llamó. No fue Gallardo, lo confirmó ayer en conferencia”.
Pasando en limpio, solo se habría tratado de una consulta informal que no prosperó. Mientras que, después de muchos rumores y especulaciones, el destino de James Rodríguez parece estar en Europa, tal como lo confirmaron distintos medios españoles en las últimas horas: estaría muy cerca de convertirse en refuerzo de Rayo Vallecano.