En el mundo del espectáculo hay varios hinchas de River y uno de ellos es Diego Peretti. El actor es reservado con respecto a su vida y es uno de los motivos por el cual no utiliza redes sociales. Pese a eso, siempre dijo abiertamente que era hinchad del millonario. En dialogo con Olé, habló sobre la polémica del Superclásico: “Rojo tuvo una forma de jugar poco inteligente y se ligó la roja“.
En su análisis, explicó el encuentro: “El partido se dio así, primero se pegaron mucho y después, cuando lo echan a Rojo, River se hizo cargo de aprovechar ese hombre de más. Boca no pudo responder a eso. Hay veces, como dice el Muñeco, que sucede eso y el partido se complica porque se cierra el rival y juega al contragolpe. Me parece que Boca se paralizó emocionalmente primero y futbolísticamente después“.
Sobre la polémica del Superclásico, comentó: “La primera falta me pareció muy grosera y roja. Después, en cámara lenta veo que es imprudente y Romero deja la pierna para ser volteado. Me pareció que una amarilla estaba bien. La segunda podría no haberla sacado y, como el partido estaba caliente y había prevenido a los capitanes un minuto antes, el árbitro estaba con la tarjeta liviana“.
Además, agregó: “Rojo tuvo una forma de jugar poco inteligente y se ligó la roja. No es un ningún afano, son comprensibles las dos amarillas. El partido estaba picado y el árbitro necesitó sacar tarjetas para calmarlo”. Para el actor celebre, la expulsión estuvo correcta desde lo reglamentario, pero podría haber dejado pasar la segunda.
Sobre como nació su relación con River, contó: “Me hice hincha por mi tío que vivía en Núñez, yo jugaba al vóley en GEBA y Obras Sanitarias, y me dijo de ir a jugar a River. Jugué cinco años y me hice hincha. A la cancha voy cuando me invitan, la última vez fue un partido del torneo que nos gana Boca sobre el final, que estábamos medio knock out de la final con Flamengo (2019)”.
Por último, comentó cual fue el partido que inclinó la balanza para el millonario en cuanto a partidos: “El que más me acuerdo es el de la semifinal de la Sudamericana contra Boca en 2014, fui con D’Onofrio al palco y fue una fiesta tremenda. Desde que Barovero le ataja el penal a Gigliotti ese estadio fue un hervidero y una fiesta, era imposible que River perdiera. Ahí el equipo dio vuelta el timón”.