El 2024 está siendo sin dudas un año brillante para Miguel Borja. Las circunstancias hicieron que el colombiano sea el único centro delantero natural que tiene River hoy en día, razón por la cual Martín Demichelis le dio toda la confianza y el Colibrí está pagando con una enorme cantidad de goles. Sin embargo la vida nunca ha sido fácil para el colombiano.
Borja no solo tuvo que pelearla para asentarse en River sino que también tuvo que pelearla para llegar a ser futbolista profesional. En el año 2019 concedió una entrevista para la Cadena Caracol donde reveló cómo fueron su orígenes en una familia muy humilde, donde comenzó a forjarse el hombre que se para delante de 83 mil personas en el Monumental.
“Mi madre vendía empanadas en la calle. A mí me tocaba ayudar con el fogón para que no se apagara. Fueron momentos muy bonitos, pero también difíciles. Muchas veces estábamos apretado y comíamos arroz con algo que podíamos tocar del relleno de las empanadas de mi madre. Desde chico yo me metí en la cabeza que iba a salir adelante para ayudar a la vieja”, comentó.
Más allá de que desde niño Borja tenía el sueño de ser un gran goleador la situación no lo ayudaba, e incluso su padre tenía reparos en que se dedique al fútbol. Para colmo pasó por varias pruebas donde no quedó. “Me cerraron muchas puertas”, aseveró. Pero más allá de esto el Colibrí no paró y finalmente llegó el punto de quiebre.
“Fernando Ramírez fue el primer entrenador que me dio una chance. Yo tenía 17 años. Creo que mi carrera en gran parte se la debo a Dios y al Profe Ramírez porque creyó en mí. Ahí empecé y fui goleador en un torneo muy difícil que había en Cali. Ya desde entonces no paré”, aseveró. Y realmente no paró. Si algo demostró es que tiene la personalidad para seguir adelante y hoy, semanas después de que se rumoreara con su salida de River es nada menos que el goleador del fútbol argentino con la camiseta de La Banda.