Si hay una interrogante que crece en el mundo River, es sobre la precisa vuelta de Matías Suárez. Porque el cordobés aún no logró recuperarse en su totalidad de la sinovitis que arrastra en la rodilla derecha desde el domingo 29 de agosto. Una lesión que lo excluyó de los cruces ante Sarmiento y ante Independiente –donde quedó fuera del banco de suplentes-.
No hay duda que las lesiones son un dolor cabeza en el actual plantel de Marcelo Gallardo. Y para no correr más riesgos, ahora trabajan de otra manera para tener mejores respuestas. El caso del atacante fue una nueva alarma en el cuerpo técnico y ahora precisamente lo llevan de a poco, por lo que su presencia ante Newell’s, es una incógnita.
Del mismo modo que su rápida evolución durante la semana previa al partido ante el Rojo en el Monumental, generó que el entrenador del Millonario esperara hasta último momento. Sobre todo para decidir si lo incluía al menos en el banco (de hecho, fue convocado), pero quedó relegado. Y ahora en el River Camp ahora prefieren ser prudentes.
La realidad es que, Suárez está evolucionando de manera muy lenta, aunque con un beneficio: no tiene líquido en la rodilla. Aun así, el panorama es distinto al de la semana anterior. Tiene a favor, claro, que recién el miércoles será el compromiso en Rosario. Y de esta forma, que ya habrán transitado entonces 17 días desde la determinación de la lesión.
Sin embargo, de por sí la lesión le quita persistencia a un futbolista que para el Muñeco ha sido fundamental en lo que va del semestre. Pero por lo pronto, Suárez seguirá realizando varios ejercicios de forma diferenciada. Y bajo la atenta mirada de los médicos y de los preparadores físicos. Esperando el alta, que parece estirarse un poco más.