Los primeros minutos de River fueron muy buenos en el Libertadores de América. Es que supo asociarse y se encontró en varias oportunidades de frente al arco defendido por Manuel Roffo. La primera clara llegó tras un desborde de Salomón Rondón, quien sacó el centro y encontró a Nicolás De La Cruz. Pero el cabezazo del charrúa salió desviado y el Millonario perdió su chance.
La etapa inicial siguió su curso en cancha de Independiente, y después del primer cuarto de hora, River dominaba el trámite del partido. Evidentemente la clave del ataque millonario estaba en las bandas, donde Milton Casco y Enzo Díaz lastimaron a la defensa de Instituto. Incluso el ex Newell’s tuvo una clara, pero su remate fue desactivado por Roffo.
Sobre los 20′ el cuadro de Núñez volvió a llegar. En esta oportunidad fue después de un centro de De La Cruz, que cayó llovido al corazón del área de la Gloria. Ahí estaba Paulo Díaz, que a pesar de molestarse con Leandro González Pirez, logró sacar su cabezazo. Sin embargo, la pelota se perdió a centímetros del palo derecho, por lo que pasó un nuevo susto para el conjunto cordobés.
Pese a esta realidad el asedio del cuadro de Núñez continuó. En el ecuador del primer tiempo apareció Nacho Fernández, quien la cuchareó de gran manera y dejó mano a mano a Rondón. Aunque para el infortunio del pueblo riverplatense, el venezolano no controló bien y permitió que lo achique el arquero, por lo que su remate terminó siendo exigido e imperfecto.
A falta de tres minutos del cierre del primer tiempo Nicolás De La Cruz disfrutó de otra oportunidad. Una vez más el encargado de asistir fue Rondón, quien encontró al uruguayo dentro del área y lo dejó en posición ventajosa. Pero al testarazo del volante le faltó precisión: el Millonario no pudo capitalizar su oportunidad y debió irse al descanso con el cero en el resultado.