Boca viene de perder la final de la Copa Libertadores ante Fluminense por 2-1 en el Maracaná, un resultado que lógicamente al mundo River le cayó más que bien. En redes sociales los hinchas Millonarios comenzaron un sinfín de cargadas que perduran hasta hoy y que son parte del folklore del fútbol argentino. Pero esta situación también impactó de manera interna en el club.
El viernes pasado, luego de que River cayera de local ante Huracán, le consultaron a Martín Demichelis si le afectaba en algo que el rival de toda la vida fuese a disputar una final de Copa Libertadores y fue tajante. “De todo lo que pase en la vereda de enfrente nosotros no nos ocupamos, solamente de cuando los tuvimos que enfrentar y lo hicimos muy bien, mucho más no te puedo decir”, expresó.
Sin embargo, y por más que no se diga públicamente, internamente se celebró y mucho la derrota del Xeneize en el Maracaná. Desde el lado dirigencial consideran que una victoria de Boca habría opacado absolutamente todo lo que viene haciendo River durante el año, con virtudes y errores, en medio de un año de transición.
Desde que se produjo la eliminación con Inter de Porto Alegre hay críticas para los directivos por la tardanza en la llegada de refuerzos y también para Martín Demichelis por cómo planteó el encuentro de vuelta, por lo que una celebración de Boca habría profundizado mucho más estos señalamientos. Ahora llegó la calma.
Tanto el cuerpo técnico como la dirigencia sienten que a partir de este resultado pueden seguir trabajando con mucha más tranquilidad de cara a lo que viene, con el objetivo de armar un plantel sumamente competitivo para el 2024, con llegadas y salidas, donde obviamente el máximo objetivo será pelear hasta el final por la Copa Libertadores.