La Copa Libertadores de 2018 quedará para siempre en la memoria de los hinchas de River. Pero, además, la final de aquella competencia se metió en los libros por ser la primera en enfrentar a Boca y al Millonario. Por el hecho de tratarse de un Superclásico, por todo lo acontecido y por ser en Madrid, el cotejo de vuelta es el partido más trascendental de la historia del club.
Todo estaba listo para que el Estadio Monumental sea una fiesta, e incluso lo fue. No obstante, faltó algo fundamental en la práctica deportiva: los futbolistas. Simpatizantes del club de Núñez agredieron al colectivo que transportaba a los jugadores del Xeneize hasta el recinto, motivo por el cual lo que era una fiesta llena de color se transformó en un hecho oscuro.
Posteriormente, la Conmebol decidió postergar la final y cambiar su sede a Madrid. La decisión generó gran enojo en los hinchas, quienes aún no sabía que ello le agregaría un condimento épico a la conquista. El 9 de diciembre de 2018, River y Boca se vieron las caras en busca de la Gloria Eterna en territorio madrileño, y más precisamente en el Santiago Bernabéu.
Aquel duelo estuvo plagado de nerviosismo, incertidumbre y miedos por doquier. La historia comenzó de mala manera para el Millonario, que se fue al entretiempo en desventaja. Sin embargo, en el complemento un oso hizo rugir a todo el pueblo riverplatense, quien respiró aliviado, pero aún nervioso por demás. El empate de Pratto fue el punto de partida para una remontada histórica.
Ya en el tiempo extra, Juanfer Quintero puso el segundo con una pincelada que quedará inmortalizada por todos los tiempos. Sobre el final, el Pity Martínez dejó su huella con una corrida inolvidable, para así sentenciar el resultado y bajarle el telón a la final más importante de la historia. A 1000 días de la consagración, los simpatizantes todavía no se borran las imágenes de la cabeza.